“El Mundo ofrece oportunidades, no quiero verlas pasar”- Armando Topete
- ximena CR
- 23 sept 2022
- 4 Min. de lectura

Mi primera experiencia como docente fue en una escuela que no tenía edificio, no tenía un lugar donde dar clases, sin embargo la gente de esos lugares quería maestros y escuela para sus hijos…
En México son factores, sociales, económicos y de desinterés son los que provocan que los jóvenes deserten y no concluyan sus estudios, más aun en localidades rurales, como Cuautla, Jalisco donde en el año 2015, la secretaria de desarrollo social registro un 29.1% en rezago educativo.
Sin embargo en algún momento de nuestra vida como estudiantes, todos hemos tenido un maestro que nos ha inspirado y dejado enseñanzas que nos marcan para toda la vida.
Dejar nuestra huella y ejemplo en el corazón de otras personas solo puede ser resultado de un trabajo hecho con amor.
Luis Armando Topete Contreras de 54 años de edad, encontró el lugar perfecto para convertirse en el ejemplo, inspiración y gran amigo de los estudiantes de una pequeña comunidad de la sierra de Amula en Chilacayote, Cuautla, Jalisco.
En la Telesecundaria de Chilacayote, ultimo grado de estudios en la zona, Topete (como sus alumnos lo llaman) ha dedicado 19 años de su carrera para brindar sus enseñanzas y amistad a sus alumnos en Chilacayote.
“Es el mejor maestro que me ha dado clases, es quien ha sacado el potencial de las generaciones en Chilacayote, nos decía que nos exigía porque sabía que podíamos dar más; actualmente estoy cursando 2do semestre de veterinaria, en lo cual el maestro Armando tuvo mucho que ver, él fue quien nos motivó a seguir estudiando” –Mauro Guzmán, ex estudiante del profesor A. Topete.
“Te prepara de una manera dura y cuando llegan los trabajos de otros maestros no es nada, como cuando un entrenador te pone a correr 100km para una carrera de 10km” – (Lucio Güitron, ex alumno)
Es originario del Autlán de Navarro, Jalisco lugar donde nació un 13 de Mayo de 1967 y creció junto a sus padres Ignacio Topete Arias, Margarita Contreras Gómez y sus siete hermanos.
¿Cómo descubrió su vocación?
Cuando salí de la primaria yo le dije a mi madre que quería trabajar con mi tío de mecánico, empecé a trabajar y tiempo después me relacione con el dueño de la empresa; un señor de origen español, Jesús García Sifón, el cual un día me dice:
- Armando, ¿no te gustaría hacer otra cosa en lugar de estar aquí en el taller?, se me a figura que tú tienes madera para otra cosa. ¿No te gustaría seguir estudiando?, no, le dije, me voy a quedar aquí con mi tío.
-Pues piénsalo bien Armando, creo que puedes hacer más, no está mal ser mecánico; pero tú puedes ser más, me dice.
Y cuando vi a mis compañeros de la primaria pasar a la secundaria, me dije, yo no pertenezco aquí, yo quiero estudiar.
“El mundo ofrece oportunidades, no quiero verlas pasar”
Armando Topete entro a la secundaria donde conoció al Profesor Héctor M. Mendoza a quien recuerda como un gran apoyo en su formación académica, pues le consiguió un empleo como intendente en un preescolar en Autlán, en el cual gracias a su constante convivencia con los niños descubrió su vocación como educador.
Al concluir su educación media superior y formar su familia junto a su esposa y sus hija/os, viajo a Tepic, Nayarit junto a su esposa donde estudio en la Normal Superior de Nayarit.
¿Cómo llegó a Chilacayote?
Después de la Universidad conseguí una plaza cerca de Autlán (en Zapotillo municipio de Ayutla) de manera provisional hasta que terminara el siclo escolar y después me iban a reubicar en la misma zona.
Yo iba con tanto gusto que no me importaban las condiciones de cómo iba a estar, donde iba a estar ni con quien iba a estar.
Mi primera experiencia como docente fue en una escuela que no tenía edificio, no tenía un lugar donde dar clases, sin embargo la gente de esos lugares quería maestros y escuela para sus hijos.
En una bodega del pueblo que usaban para guardar fertilizantes y en ocasiones para velar a los muertos, el profesor que llego antes de mí, hizo tres salones, donde además ambos vivíamos en unas casas de campaña.
Cuando termina el siclo escolar, se hace una reunión con los maestros y me dicen: “Armando a usted le va a tocar irse a la cola”
“La cola” era el lugar más lejos de todas las comunidades de la zona escolar.
Cuando llego el momento de irme, siempre iba con una actitud positiva, porque no importa a donde vayas, si te gusta lo que haces siempre lo vas a disfrutar.
Aliste mi ropa, unos cuantos libros que pudiera necesitar, dos cobijas porque decían que hacía mucho frio y me fui sin saber a dónde iba, ni donde iba a vivir y sin conocer el lugar que ni sabía que existía hasta ese día.
Llore durante mucho tiempo, por no estar cerca de mi familia, de mis hijos y mi esposa.
Sin embargo el tesoro más valioso que yo tengo como profesor, es ver a mis alumnos cumplir sus sueños; sus palabras y agradecimiento son el regalo más satisfactorio que me ha dejado mi carrera.
Varios de mis alumnos me han dado un placer tan enorme que ha sido por muchos años el motor que me hace seguir.
Qué bueno saber que existen personas como Armando! Excelente nota Ximena!